martes, 21 de junio de 2011

♥ CAP 5 - Abriendo los ojos ♥


 CAPÍTULO 5
Abriendo los ojos

Bella POV
Abrí el refrigerador buscando algo para cocinar esta noche, normalmente no había mucha variedad de alimentos. No encontré mas que tomates, acelga, cebollas y carne molida. Estupendo, mañana tendría que salir de compras; tal vez una visita a Port Ángeles no me haría mal.
Me dirigí hacia la alacena con la esperanza de que se convirtiera en mi salvación. Pero solo había harina y azúcar; rebuscando, descubrí un paquete de fideos. Me fijé en la fecha de vencimiento, y para mi suerte no caducaba hasta dentro de cuatro meses.
Entonces cenaríamos espaguetis con salsa y carne. Puse la pasta en la olla con agua; licué el tomate y lo puse en otra olla mas pequeña junto con la carne y la cebolla. Le agregué un poco de orégano y pimienta para darle sabor, y ¡listo! La cena salvada.
- Jacob, apresúrate. – le llamé, rogando que esta vez me obedeciera a tiempo. No recibí respuesta y los minutos pasaban - ¡Jacob! ¡La cena se enfría! – pero tampoco contestó; empecé a impacientarme y a enfadarme - ¡Jacob Black! ¡¡Si no estás en la mesa en diez segundos voy a ir por ti y te quedarás sin cenar!!
Escuché la puerta cerrarse con fuerza y a él bufar con violencia. Caminó pesadamente y se sentó de manera brusca. Otra vez estaba enfadado. Le ignoré, y me limité a poner el plato frente a él.
Comenzó a tragar como bestia.
- ¿Ahora donde se metió? – demandó con la boca llena.
No necesité preguntar, pues esa pregunta era muy habitual en casa. Sabía perfectamente a que se refería y no me agradaba para nada su tono malhumorado y frío. No era necesario.
- Está en casa de Emily y Sam – le respondí con el mismo tono que había usado conmigo. – Y para tu información tiene nombre, y también puede estar con ellos cuando quiere. ¿No lo habías dicho tú?
Añadí un toque de sarcasmo en la última frase, dejándome llevar por mis sentimientos.
No paró de comer. Estos tratos entre nosotros se hacían cada vez más frecuentes, y que el no hiciera nada para cambiarlos me molestaba aún más.
- Si, lo dije – admitió, indiferente – pero eso no quiere decir que se quede todo el día por allí. Debería estar en casa, este es su lugar. Además, tu deber es controlarlo ¿No crees?
Me mordí la lengua y conté hasta diez mentalmente para mantener la compostura y no contestarle de manera inapropiada. Mi nuevo temperamento no ayudaba. Extrañaba mucho aquellos días cuando éramos buenos amigos y no teníamos estos problemas.
- ¿Y que me dices de tus deberes? – Contraataqué, subiendo la voz - ¿Los recuerdas? Eres tú el que debería intentar comunicarse con él, eres tú el que debería quedarse en casa ¡Pero nunca estás! ¡¿Cómo quieres que el haga eso cuando no le das el ejemplo?!
Dejó su plato y soltó los cubiertos. Me miró fijamente.
- ¿Puedes tranquilizarte, Bella?
Parecía tranquilo y eso me exasperaba aún mas. ¿Cómo podía estar tan relajado cuando el tema de la discusión era precisamente él? Yo lo sabía, porque le importaba un pepino que todo esto se acabara.
Recordé que había sido el quien, hace siete años, quiso apresurar las cosas. Y yo la tonta que se dejó llevar.
- Puedo apostarlo – solté de golpe y me miró confundido – esta noche no dormirás en casa. Volverás a irte, como todos los días. Ni en eso podemos ser normales.
Suspiró.
- ¿Quieres que me quede, Bella? Lo haré. ¿Ahora estás feliz? – dijo como si no importara el asunto. Se levantó de la mesa y volvió a la habitación.
Había conseguido lo que quería. Pero, entonces ¿Por qué no estaba feliz?
Tal vez la razón era  el que mi confianza se había ido al tacho con el pasar del tiempo. ¿De verdad quería terminar así? No, claro que no. Sin embargo, era demasiado tarde.
Ya no conocía a ese hombre. Ese no era mi Jake.
Una brisa entró por mi ventana, ya había empezado a helar.
Suspiré y me dí la vuelta para abrazar a Jacob y vencer al frío con el calor de su piel, pero me llevé una “no tan sorpresa”
La cama estaba vacía… toqué las sabanas y estaban frías.
No me sorprendió que sucediera esto, aunque mi corazón aún tenía la esperanza de que él intentara cambiar. Prueba de esto, era la lágrima que quemaba mi mejilla y dejaba una cicatriz interna que jamás lograría borrar. Poseía un millón de esas y decidí que no recolectaría otras.
De ahora en mas, sus palabras serían solo murmullos sin sentido y superficiales. No volvería a confiar en ningún hombre, porque todos me hacían daño.
¿Por qué la vida era tan injusta? Yo le di siete años de mi vida y no le bastó. Pensé que me ayudaría a olvidarlo, pero solo hizo que lo recordara cada vez más. A él tampoco puse satisfacer, no supe como mantenerlo a mi lado…
Eso fue todo Edward, no queda nada mas de mi…

Edward POV
Íbamos caminando, a velocidad humana por el pueblo.
Al final, Alice me había hecho el favor de acompañarme por mi recorrido del recuerdo. Tan solo para mirar lo que había alrededor y regresar siete años atrás.
Mira, Edward. ¿Recuerdas ese lodge? Bella iba muy seguido
Si, lo recordaba, una vez había esperado a que saliera solo para verla.
Cada paso que dábamos, una persona se quedaba mirando. Hasta ahora nadie nos había reconocido, y agradecí inmensamente que luego de siete años dejáramos de ser la noticia.
La mayoría de los pensamientos ajenos eran sobre nuestra belleza o preguntándose si éramos algo más. Algunas mujeres mayores nos incordiaban por nuestro aspecto, en general pensaban que éramos turistas juzgando nuestra ropa y por la tez tan pálida de nuestra piel.
Todo aquello me hizo acordar a los primeros días de nuestra llegada, incluyendo los rumores.
<Edward Cullen…>- escuché a lo lejos.
Lauren Mallory
<Y su hermanita, la duende. Siguen iguales. ¡Dios, que los traerá de nuevo aquí! No lo había visto desde el instituto.>
- Ya nos reconoció la primera – le informé a mi hermana, quien disimuladamente se dio la vuelta para observar a la aludida. – Lauren, la que detestaba a Bella ¿recuerdas? Le guardaba rencor porque Tyler se interesaba en ella. – un sinfín de imágenes se vinieron a mi cabeza, de aquella vez en nuestro primer baile – En el baile de graduación, cuándo el se convenció a si mismo de que Bella iría con él.
- ¿Y tu te pusiste lo suficiente celoso como para asustar al chico y echarlo de la casa de Charlie por teléfono? Si… - asintió divertida y a la vez triste.
Sabía cuánto la extrañaba, y me dolía verla así.
<Lindo traje… ¿será importante como su padre? Tal vez un empresario, ejecutivo o magnate… interesante pretendiente…>
¿Por qué será que la mayoría de los humanos de esta generación son tan ambiciosos? Todo es su vida se trata de dinero, dinero y mas dinero.
<Ahora que Tayler no está… mmm… no creo que esto califique como infidelidad. Según lo que escuché, es un chico fácil si lo impresionas con las curvas…>
¿Fácil? ¿Yo?
Mi boca se llenó de ponzoña al escuchar lo que decían de mí. Esto era lo último con lo que podía comprobar que este pueblo solo servía para crear chismes. A que punto de degradación llegaba esta gente como para injuriarme de aquella manera, cuando yo no había mostrado otra cosa que ser responsable, respetuoso y caballeroso.
No valía ni el máximo esfuerzo para conformar a las personas de un pueblo pequeño.
- ¿Edward? – mi hermana llamó mi atención - ¿Estás bien?
- ¡Cómo es la gente de este pueblo! – me quejé
Frunció el ceño y me tomó la mano para guiarme a algún lugar. Escuché, con fastidio, los pensamientos de Mallory
<¡Bah! Y yo que pensaba que estaba libre. Miren nada mas, el doctorcito no pudo criar bien a sus hijos y ahora estos andan juntos. ¿Por qué no me sorprende? Si el mismo Carlisle casó a sus hijos…>
Gruñí, y Alice me miró nerviosa. Cuando me fijé, me había llevado a un pequeño parque. Encantador, estaba repleto de niños.
Tragué la ponzoña con dificultad y cerré los ojos intentando calmarme. No podía estar enfadado con tan hermosa vista.
Dolorosas imágenes llegaron a mi mente, antes de que pudiera frenarlas. Me imaginé a Bella con un hermoso vientre abultado y ovalado, jugando con una niña de ojos chocolates. Y en esa imagen entraba yo, pero había algo diferente, era humano.
Esa niña era nuestra hija… Una Cullen-Swan.
Tenía los ojos de Bella, los cabellos rizados y de un color idéntico al mío, de tez clara y mejillas sonrosadas. Ella se dirigía hacia mi para que la tomara en brazos y, con una sonrisa cumplía su deseo.
Desee con todas mis fuerzas detener esa fantasía, pero ya no podía parar. Era doloroso pero placentero…
Seguí en mi nube de sueño, donde besaba a mi Bella y acariciaba su vientre con la mano disponible.
Sin embargo, sabía que no era real. Yo nunca podría darle un hijo.
Nunca podría ser humano…
Nunca podría hacerla feliz…
<¡Oh Dios! ¡Es Edward!>
Reconocí aquella voz tan amable y tierna.
Ángela Weber.
Cuándo la ubiqué le pillé mirándome y se puso rojísima de vergüenza. Le sonreí para que se aliviara.
- Edward, ahora que terminaste de mirar a la nada… - dijo Alice con sarcasmo - ¿vas a decirme que sucede?
Había olvidado el tema hasta que lo sacó en conversación. Volví a enfadarme un poco.
- Es la gente, Alice – le respondí – es la gente y sus injustas especulaciones. Desde que pusimos un pie en este pueblo, nos han estado injuriando por doquier. Las ancianas creen que somos turistas presumidos y superficiales, además de querer echarnos de aquí con sus propias manos; las mujeres con sus pensamientos de siempre, de algo se han reservado al vernos juntos; y no debemos olvidar a Lauren quien se ha pasado de desvergonzada y atrevida, cree que has dejado a Jasper por mí – bufó con fastidio ante la imaginación de la chica – y no solo eso, sino que le ha faltado el respeto a Carlisle, respecto a la imposibilidad de criarnos de manera correcta.
- ¡¿Pero quien es ella para dudar de la capacidad de Carlisle?! – se quejó mi hermana -  ¡Nadie! Debería fijarse en su madre. Esa sí que no sabe como criar a una hija; mira nada mas, le ha salido zorra.
<¡No, no, no, no! ¡Demonios, debo detenerlo antes que…!>
El pensamiento de Ángela de distrajo, cuando pude ver al pequeño que corría hacia nosotros. Entré en su mente y pude comprender, él era hijo suyo y de Ben. Me alegró por ella el que haya podido formar una familia feliz.
- Hola, señoritos – ambos reímos ante el mal uso de palabras, del niño.
- Hola, cariño – le contestó ella con voz dulce y maternal - ¿Cómo te llamas?
Vimos a la antigua amiga de Bella corriendo para llegar a su hijo. Nos alcanzó y le tomó del brazo; tenía la cara roja por la vergüenza. Nos lanzó una mirada de disculpa.
- Lo siento tanto – se excusó y giró hacia el niño – Cory ¿Qué te he dicho sobre molestar a las personas?
Me hizo sonreír verlo hacer un puchero por la reprimenda de su madre. Ella lo miraba con los ojos entrecerrados.
- No te preocupes Ángela – le dije y ella alzó la mirada, sorprendida por que aún la recordara – no nos ha molestado en absoluto. ¿Verdad, Alice? – ella asintió, pues era la verdad.
Mi hermana le pidió que tomara asiento junto a nosotros, suponiendo que una charla fuera de nosotros dos nos haría bien. Ángela aceptó con gusto y envió al pequeño Cory a jugar cerca.
Era muy parecido a ella, alto y delgado. Pero el rostro casi intacto de su padre, a excepción de algunos rasgos.
Su relación con Ben había perdurado, sin problemas en lo que restaba del instituto. Incluso después de que fueran a universidades separadas, intentaron mantenerse cercanos.
Al cumplir los veinte, habían llegado a la cumbre de la felicidad y él le pidió matrimonio, ella no dudó ni un segundo en aceptar. Su boda había sido sencilla y en carpas al aire libre. Ángela lloraba a todo momento y más aún a la hora de decir el “si”. Unos meses después ella le había dado la noticia de su embarazo, y aunque sus padres pensaban que era demasiado pronto, ellos desbordaban alegría.
Ahora, Cory tenía cuatro años y según ella era un diablillo en el cuerpo de un angelito.
- … somos muy felices. Pero, ¿Qué me dicen de ustedes?... ¿Alice?
Ambos nos miramos, recelosos. No sabíamos que decirle, Alice fue la primera.
- Bueno… - dudó – como supondrás, sigo con mi Jasper. ¡ocho años juntos! ¿Puedes creerlo? – Ángela la felicitó y le pregunto para cuando iba el matrimonio y mi hermana se mordió el labio, actuando – No lo se, me gustaría ya mismo pero no debo ser yo quien lo pida. Espero que se dé cuenta y se anime a dar el paso, no sabes como ansío formar una familia… - cuando lo dijo, pude ver un mínimo rastro de tristeza escondido en sus ojos dorados.
Tanto tiempo con lo mismo, se le habían contagiado las ansias de ser madre por Rosalie.
Y aunque nunca estuvo entre mis sueños la paternidad, desde que conocí a Bella me hubiese gustado poderle dar un hijo.  No en ese entonces, pero en un futuro…
Ángela se dio cuenta de que mi hermana no quería hablar más y me cedió la palabra.
- Yo… no sé si estoy destinado a formar una familia… - confesé, sabiendo de que no desearía a otra persona a mi lado que no fuera Isabella Marie Swan – Una vez pude sentir deseos de hacerlo con una persona en especial, pero fui un completo estúpido y la perdí.
<¿Quién habrá sido? Pero… si era tan especial ¿Por qué la dejó ir?>
Si tan solo se imaginara que había sido su amiga.
<No, no debo preguntarle, eso no es cortés>
- No digas eso, Edward – se decidió por decirme – todos tienen derecho a una oportunidad, así como a cometer errores. Algunas personas tardan mas que otras en encontrar la felicidad, pero siempre está por ahí, aguardando el momento adecuado para tomarte. Por ejemplo Jessica, estaba con Mike; el la dejó por otra, obviamente ella estaba devastada y luego a al chico le llegó el karma. Esa mujer con la que mantenía una relación, estaba casada y ya sabrás lo que sucedieron después… ahora ellos están intentando darse una… una nueva oportunidad. Tu solo debes ser paciente
- Es lo que yo le digo siempre – coincidió Alice – Pero… ¿Qué me dices de Bella?
¿Por qué seguía torturándome? ¿Para qué quería que supiera lo mal que ella estaba?
Rogué porque Ángela no contestara.
- Ehm… no se si quieras saber – dudó y de pronto me interesé aún mas, pero en su cabeza había demasiada poca información, además de lío – Luego de que ustedes se fueron, ella… cambió, parecía un fantasma. Todos decían que se drogaba o que andaba medio loca, pero yo sabía que solo le había atacado la depresión. Intenté acercármele, pero se distanciaba de todos. Mas tarde empezó a gustarle eso de la adrenalina porque decía que era una forma de recordarte – clavó su mirada en mi – andaba en moto con su amigo… ese tal Jacob Black, se tiraba de los acantilados y empezó a ir a esas fiestas quileute. No le dije nada porque parecía distraerse con él. Pero… unos meses después, simplemente desapareció. Fui a su casa a buscarla y Charlie no dejaba que nadie la viera. Según él, ella no quería. – suspiró y frunció el ceño con disgusto. – Ella dejó de ser Bella…
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Lo siento, lo siento, lo siento!! Hace mucho que no actualizo esta historia pero me estoy poniendo al día. Decidí subirla hoy y no el jueves porque no he terminado el nuevo capitulo de Luz de Luna.
Ahora la noticia es que.... Edwar y Bella se reencuentran el el proximo capítulo!!!! si, creí que ya era hora!! que dicen? esperamos un poco mas?
No tengo mucho que decir mas que se acuerden del concurso (arriba hay un banner, solo deben dar click en el botón que dice bases) 
Ah, y también estoy planeando la remodelación del blog!! Con la colaboración de Athena de "Puertas y Portadas"
Espero que me dejen sus hermosas palabritas ♥

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