♥ PREFACIO ♥

• POR BELLA

13 de agosto... Como olvidarlo. Sin dudas uno de los mejores días de mi existencia. Siempre lo recordaré, a pesar de que se hayan vuelto recuerdos borrosos de mi vida como humana.

Ese día especial, hace ya un año... nuestra boda. Cuando unimos nuestras vidas para toda la eternidad. Cuando Edward dijo “Si quiero” y supe que sería mío para siempre y yo de el. Cuando me amó más que nunca... cuando nos hicimos uno.

Nuestro primer aniversario. Para mi es como si hubieran pasado muchos días o pocos meses, pero no... un año. No lo se, debe ser otro síntoma de vampiro el perder la noción del tiempo. Aunque para Edward es como si celebráramos nuestras bodas de oro. El, tan romántico... celebra cada segundo de nuestra vida juntos.

En realidad casi nada ha cambiado, seguimos siendo y amándonos como una pareja de recién casados en nuestra pequeña y acogedora cabaña, Edward con los planes de ir a Dartmouth, Alice intentando vestirme (o al menos enseñarme como, pero hay que admitirlo, no soy la mejor de las alumnas) y Emmett con sus bromas pesadas y sus comentarios con doble intención. Lo único diferente (y maravilloso) es la niña que reposa en mis brazos... Renesmee, mi hija, mi princesa.

Amo estar con ella mientras duerme, colocar su mano en mi mejilla y ver sus sueños. Aunque la mayoría de las veces (muy seguido) Jacob aparece en ellos.

Y Jacob... imprimado con mi hija, destinado a ser el amor de su vida, aún me inquieta. Ella no tiene siquiera un año y ya aparenta ser una niña de tres, el solo hecho de pensar que en seis años (según Nahuel) tendrá la madurez suficiente como para estar con el, me pone nerviosa y furiosa a la vez.

El enojo que sentía difundió un calor insoportable (en sentido figurado, no hay calor que queme tanto como la sed) debía recordar que tenía a Nessie en mis brazos para no perder el control y reaccionar de forma violenta.

Edward, que estaba acostado a mi lado, debió de haber sentido mi tensión porque me acarició el hombro para tranquilizarme.

Con el éramos como almas gemelas, por alguna extraña razón estábamos conectados de cuerpo y alma, sentimos lo que el otro siente, pensamos lo que el otro piensa y a veces completamos la frase del otro, algo que Carlisle no podía entender. Nunca había existido un amor tan sólido, fuerte y apasionado como el nuestro, ni siquiera el de Alice y Jasper, el de Emm y Rose o incluso el de Esme y Carlisle.

Nosotros somos como una sola persona.

Juntos... perfectos

Separados... nada.

No podía imaginarme con otra persona que no fuera Edward (en caso de que el no existiera) mi vida habría sido un completo desastre, sin mi Alice (mi mejor amiga) sin mi bufón Emmett, sin la reina de belleza y segunda madre de Ness: Rosalie (miss universo o rubia oxigenada según Jacob), sin mi controlador de sentimientos personal, sin mis padres sustitutos (sin ofender a Renee y Charlie, nunca los reemplazaría, siempre van a ser mis padres. Los mejores padres. Charlie, el súper protector y Renee mi comprensiva e infantil madre) o lo peor... sin mi Renesmee. No podía vivir sin ella, cada segundo que paso lejos me siento incompleta, como si me arrancaran un trozo de corazón o un órgano vital. Ahora ella forma parte de mi vida, tal y como la imprimación de Jake, no puedo separarme de su lado, simplemente me parte el alma.

Pero todo da vueltas en una sola persona, en la mas importante, sin la cual nada existiría... Edward. Si no lo hubiese conocido no tendría esta maravillosa familia, no tendría a Ness, no tendría esta perfecta casa, no tendría nada. A lo contrario, seguiría cocinando para Charlie y viviendo con el como su prisionera y depresiva hija adolescente.

En fin, celebrar mi primer aniversario es algo necesario, celebrar nuestro amor... aunque me asuste la idea de que Alice organice la fiesta. Pero ya veremos que pasará, de todos modos no me quejaré. No dejaré que nada arruine este día. Nada, absolutamente nada.