martes, 28 de junio de 2011

♥ CAP 19 - ¡Feliz cumpleaños Nessie! ♥



Hacía horas que estábamos en Dolce buscando la vestimenta adecuada para la fiesta de Renesmee.
Sabía que sería muy especial y por primera vez en mi vida, me interesaba salir bien en la foto. Ver cumplir un año a mi hija era emocionante como emotivo, el tiempo podía pasar tan rápido…
Como cada vez que salíamos, me sentía la muñeca barbie de mis dos locas hermanas. Pero no una barbie cualquiera, sino una con “clase” como esas niñitas que les gusta vestir con todo lujo a sus muñecas.
Al principio había pensado usar un vestido celeste que tenía guardado y que no tuve la oportunidad de vestirlo; pero luego, Alice me convenció de que sería mejor comprar uno nuevo y que combine con el vestido de mi hija. No tuvo mejor idea que buscar todo en el mismo color, aunque en diferentes gamas.
El primer local que visitamos fue Victoria’s Secret, donde no pude detener a mi hermana a la hora de comprar más lencería de la planeada. Sus benditos encajes me tenían hasta la coronilla.
Luego pasamos por nada mas y nada menos que Christian Dior. Estaba asustada por que mi vestido fuese precisamente de ese diseñador, pero no, era para encontrar el traje de Edward. Tuve que intervenir en la elección, cuando le vi entre las manos unos trajes inapropiados para Forks, incluso cuando se trataba de una fiesta al estilo Cullen.
- No es una premier de cine, tampoco uno de los desfiles de Dior – le recordé,  ya que sus elecciones no eran de las mas apropiadas – Vivimos en Forks, Alice. Nadie va a estar vestido TAN elegante ¿no era ese el tema? Eso también va para ti Rose.
Escogí algo sencillo pero formal. Un pantalón de vestir clásico en color negro, una camisa de color lila pastel y para agregarle un toque de elegancia, un chaleco negro con unas finísimas rayas blancas verticales.
Si alguien conocía su gusto, era yo.
Ya sin la excusa de que debían verse “especiales” por ser de la familia, Alice y Rose se encargaron de los trajes de los demás Cullen, incluso de los Caffrey-Cullen.
Dejaron para el último nuestros vestidos, arrastrándome hasta Dolce & Gabanna.
Me exigieron que el vestido debiera ser de la gama del lila – el color de vestido de Renesmee – y tuve que rondar por toda la tienda con la ayuda de una empleada, para cumplir sus caprichos.
Me probé varios, como era de saber.
Terminé con uno de los primeros. Era de gasa y raso, y llegaba hasta los tobillos. En la parte superior, el top tenía brillo hasta terminar debajo del busto con una cinta de raso para resaltarlo. Justo en esa terminación, la gasa caía todo el largo sobre la tela opaca para evitar transparencias.
Hermoso y delicado, además de sencillo. No quería nada extravagante ya que ese día debía ser mi hija quien captara toda la atención.
- Me encanta – lo aprobó Alice – es totalmente apropiado, todos van a ir de gala. - Levanté una ceja – De acuerdo, de acuerdo. “Elegante Sport”
- ¿Te imaginas a los perros con traje de etiqueta? – comentó Rose.
Las tres nos miramos serias y luego rompimos en carcajadas.
No me gustaba que ella los llamara perros, pero con solo imaginarlos a todos con incómodos trajes de pingüino, sacaba la peor risa de mí.
No me reía por que quedaran mal, solo porque como les encanta andar sin camiseta y con shorts… tal vez un traje sería demasiada ropa, además de incomodo.
Cuando terminamos con nuestro ataque risueño, nos limitamos a nuestra última parada: los zapatos.
Rose me ayudó bastante – al contrario de Alice quien me quería ver con tacones gigantescos – tomó para mi, unas plataformas negras y clásicas. Me sentí eternamente agradecida.
Ya casi volviendo a casa, me surgió una duda.
- ¿Cómo quedaron las invitaciones? – inquirí - ¿Son muchos?
- Están todas entregadas, la mayoría las mandé por correo ayer mientras que a otras tuve que entregarlas personalmente. En cuanto a los invitados… - dudó, mordiéndose el labio inferior – no, no son muchos. Están Charlie, Sue y los dos hijos de ella; Reneé y Phil; Billy Black; Paul, Rachel, Emily, Sam, Jared y su novia, y bueno… todos los quileutes. De los nuestros, vienen los Denali incluyendo a Garrett; Kachiri, Senna yZafrina; y creo que Benjamín y Tia – notó cuando me envaré y fruncí el ceño – no te preocupes, tengo lentillas para ellos. Somos unos mas de cuarenta, en total.
Cuarenta… no era tan malo. Además conocía a casi todos, excepto a las novias de algunos quileutes, quienes se habían negado a dejarlos venir sin ellas.
Sabía bien que la mitad de los lobos no querían ni acercarse a nosotros por la incomodidad que sufrirían, sin embargo lo hacían por Jake, y eso me hacía sentir un poco mejor. No deseaba que mi hija no se sintiera aceptada.
Las últimas horas nos habíamos quedado juntos en el sofá, esperando a que nuestra hija despertara.
Hoy era 10 de septiembre y estábamos ansiosos por su cumpleaños. Edward había preparado su desayuno, para llevárselo a la cama apenas abriera los ojos; este incluía su chocolate con medialunas ¡y helado con trozos de fruta!. Al principio me opuse pero luego acepté que la consintiéramos hoy – aunque yo opino que eso sucede a diario – ya que ese era su postre favorito.
La oímos removerse entre sus sábanas y corrimos en busca de la bandeja. Cuando se sentó  en su cama frotándose los ojos, entramos de golpe y se sobresaltó un poco.
- ¡Feliz cumpleaños, princesa! – gritamos a coro, mientras ella dibujaba una gran sonrisa en su rostro.
- ¡Desayuno en la cama! – se entusiasmó al ver la comida - ¡Si! ¡Helado! ¡Gracias, gracias, gracias!
Nos sentamos a los pies de su cama y se arrastro rápidamente para abrazarnos y darnos un beso a cada uno.
- ¡Oh, Nessie! – hipé, emocionada – cumples un año cielo, estás tan grande… aún no puedo creerlo.
- Mi bebe, mi bebé está creciendo – dramatizó mi esposo, al tiempo que la tomaba en brazos en un muy estrecho abrazo, besándole la cabeza. Ella trataba de zafarse un poco de su agarre – mi pequeñita…
- Ahora si, papi. Ya no soy niña pequeña – dijo, orgullosa de si misma
La observé con ternura y ganas de llorar. También pude captar en mi, un casi inexistente rastro de tristeza al saber que crecía demasiado rápido para mi gusto y que podría no necesitarme en tan solo seis años mas.
- ¡Claro que no! – le contradijo, riéndose - ¿Quién te convenció de semejante barbaridad? Sigues siendo mi bebe, ahora y por el resto de tu vida.
Ella rodó los ojos y se dispuso a comer, ansiosa por que llegara la fiesta de esta tarde.
Al llegar a la casa principal, vimos toda la decoración exterior. Era magnífica. Habían faros y luces en tonos lila, rosa y los comunes. Me pregunté si a Alice no se le había ido la mano con el color.
- ¡No! – la escuchamos gritar, dentro de la casa - ¡Emmett, no te atrevas! No, no, no… ¡NOO! ¡Oso imbécil! ¡Ven aquí!
Mi esposo se descostillaba por las carcajadas.
Levanté una ceja por mi confusión.
- Emmett… Emmett le tiró el agua del florero en la cabeza porque estaba histérica por la decoración.
Todos nos reímos, incluso los que estaban dentro.
- ¡Basta! – Ordenó mi pobre hermana mojada - ¡Ya dejen de reírse! ¡Agh!
Más nos valía dejar de burlarnos de ella, ya que era la encargada de todo. No me gustaría que mi decoradora hiciera su trabajo enojada, se vería reflejado.
Al entrar a la casa, divisé a una Alice con los cabellos empapados y los hombros mojados; tenía un puchero y los ojos opacos.
Esta vez Emmett no actuó pensándolo – como si alguna vez lo hiciera… - Era muy desubicado el mojarla justo en este momento, cuando se encontraba casi lista para esta tarde. Probablemente esa era la razón de la mueca de tristeza.
Cuando toda la tensión provocada por la broma de mi hermano se acabó, él y Jasper colgaron los banners con las fotos de Nessie por toda la casa.
Otra vez me estaba arrepintiendo de dejar la organización pura y exclusivamente en manos de Alice. Lo que yo quería era una fiesta de cumpleaños especial, pero dentro de lo común, no una mega celebración parecida a los sweet sixteen de televisión.
No pude quejarme en voz alta, al observar como las extravagancias hacían feliz a Renesmee.
Los invitados humanos y licántropos, empezaron a llegar a la hora acordada, cada pareja con su regalo. Esme se encargaba de recibir calurosamente a cada uno de ellos, mientras Reneé apilaba los presentes en una mesa.
Se podía notar a primera vista lo incómodos e inseguros que se sentían los quileute, ya que se habían ubicado juntos y cerca de Jake. Sin embargo, se comportaban de maravillas e intentaban disfrutarlo.
Los vampiros fueron otra cosa totalmente diferente, llegaban de a tres o cuatro, a veces en pareja y a cualquier hora.
Cada aquelarre en mesas diferentes.
Carmen y Eleazar entraron junto a Tanya; y Kate con Garrett, quienes parecían totalmente enamorados con sus sonrisitas y miradas tiernas. Las amazonas incluyeron, para nuestra sorpresa a Nahuel que nos saludó cálidamente a todos.
Según nos había contado, el sentía la necesidad de ver a nuestra hija, para saber como la estábamos llevando, ya que en su última visita no se había comportado como el hubiera querido. Aparte su tía, había encontrado al fin, a esa persona especial y prefería quedarse un tiempo a solas con su nuevo amado.
Mas tarde entraron Benjamín y Tía, completando la lista de invitados.
A la media hora de estar todos los lugares ocupados, Alice nos dio la señal para subir a su habitación y recoger a Renesmee.
Sollocé secamente cuando la vi, era de verdad toda una princesa con su vestido lila y la pequeña tiara en el recogido del cabello. Sus rizos caían como tirabuzones elásticos, de manera adorable.
Porque ella se veía así, adorable y hermosa.
Le tomé su manita y Edward la otra para bajar las escaleras juntos y hacer la gran entrada.
Apenas fue vista, arrancó suspiros de todos los presentes, incluso algunos quileutes. Jacob tenía los ojos rojos y sonreía como si viera el sol por primera vez.
Me sentía orgullosa de mi familia, y de aquella perfecta niña que habíamos creado con amor.
Ella, como buena anfitriona de la fiesta, saludó a cada persona en la casa, mesa por mesa. Los recibió con un cálido abrazo y besos en las mejillas.
Al sentarnos en la mesa central, los estantes de comida estaban repletos por lo que cada humano se servía lo suyo.
Sabíamos que los chicos de la manada eran de buen comer, así que prepararon suficiente variedad y cantidad de platos. El lunch había sido buena idea.
Nessie estaba encantada con su entorno. Adoraba ser el centro de atención.
El postre lo sirvieron cuando pasaron el video con las fotos diarias que tomaba Alice, para ver su crecimiento. Parecían haber pasado cinco años, pero la mayoría de los que estaban allí sabían que de verdad cumplía un añito.
Mas tarde, mi hermana nos llamó para decir algunas palabras.
- Renesmee, cielo – intenté controlar mi voz quebrada – sabes que eres lo mas importante para tu padre y para mi. Gracias por bendecir nuestras vidas de esta manera, porque el día en que llegaste con nosotros y la primera vez que te oímos… llenaste nuestras vidas de dicha. Nunca imaginé que podría ser madre. Y ahora todo lo que quiero es que dure para siempre – empecé a hipar – Quiero decirte que te amo, que voy a estar contigo todo el tiempo que quieras y me necesites. Confía siempre en mi princesa, porque voy a protegerte y a consentirte siempre que esté a mi alcance. Este día es tuyo y… aún no puedo creer que estemos celebrando este primer año juntos… es increíble… tantos momentos compartidos, abrazos, caricias, palabras… Tu padre y yo estamos orgullosos de ti, e infinitamente agradecidos por todo lo que nos das. – no podía hablar mas, la voz se me quebraba repetidamente y sentía ganas de llorar, lo mas frustrante era que eso resultaba imposible – Solo… nunca te apartes de nosotros porque eres la razón de nuestras vidas. Te amamos…
Nos miraron con ternura cuando ella corrió a abrazarme. Sus rosadas mejillas estaban empapadas por las lagrimas.
- No debes llorar Nessie – le pedí – pon esa hermosa sonrisa que tienes porque hoy es tu día.
- Te quiero mucho, mami – sollozó.
- Y yo a ti.
Edward tomó el micrófono y, mirándonos se acercó al piano.
- Se cuánto te gusta que te cante – comenzó con esa hermosa sonrisa torcida que me volvía loca – o que toque una canción de piano para ti. Pensé que lo mejor sería expresarte lo que siento por medio de una melodía – Renesmee empezó a dar saltitos al estilo Alice, él había acertado en lo que ella quería. – Esto es para las dos mujeres mas importantes en mi vida…
<¿No es ella adorable?
¿No es maravillosa?
¿No es preciosa?
En menos de un minuto
Nunca pensé que el fruto de nuestro amor
Sería tan encantador como ella
¿Pero no es adorable hecha de amor?
¿No es bonita?
Realmente el mejor ángel
Estoy tan feliz
Hemos sido bendecidos por el cielo
No puedo creer lo que dios ha hecho
A través de nosotros a dado otra vida
Pero no es ella encantadora, hecha de amor
¿No es adorable?
La vida y el amor son lo mismo
La vida es Renesmee
El significado de su nombre
Bella no hubiera podido hacerse
Sin ti que la concebiste
Por eso es encantadora, hecha de amor…>
Aquella noche sería inolvidable, porque celebrábamos lo que el amor había hecho… 
- - - O - - - o - - - O - - - o - - - O - - -
Hola gente!! Tarde, lo se. Pero aquí está, me hubiera gustado hacerlo un poco mejor pero ando un poco malita y la cabeza me mata!!
La canción que puse es verdaderamente hermosa, se llama Isn't she lovely, busquenla en versión Glee (es la que mas me gusta) aolo que esta la canta Edward con el piano.
Espero que les guste y me dejen sus palabritas!!
Acuerdense de seguir nominando para el concurso y de animarse a participaar!!

1 comentario:

  1. cante priiiiiiii increible.. simplemente perfecto fanfic.... espero loca, la siguiente publicacion!!! la peke ilusion!!!

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